Aquella tarde llovía como si toda el agua del mundo intentara borrar alguna oscura pena que se cerniera sobre la ciudad. Ana, calada hasta los huesos, corría intentando sin éxito refugiarse en alguno de los soportales abarrotados de gente.
Cuando ya había perdido toda la esperanza, apareció alguien, que cubriéndola con un paraguas se ofreció a acompañarla a casa. En aquel momento, Ana sintió que aquel paraguas era el lugar más seguro del planeta y aquel extraño, la firme promesa de un mundo mejor.
That afternoon, it rained as if all the water in the world was trying to erase some dark sorrow that recently was zipping over the city. Ana, set up to the bones run trying to seek refuge under of the porches cluttered up with people.
When she was loosing all hope, someone appeared, and covering her with his umbrella, kindly offered to walk her home. All that time, Ana felt that umbrella like the most secure place in the universe, and that foreigner was a firm promise of a better world.