Esa mañana, mientras Shizuka encendía su barrita de incienso, se ajustaba el kimono y se preparaba para sus tareas diarias, un gorrioncillo entró por la ventana y se posó libre y feliz en lo alto de su “shimada”.

Desde aquel mismo instante y para no perturbarlo, Shizuka decidió romper las normas, alzar la vista al frente y no volver a bajar la cabeza ante nadie nunca más.

That morning, while Shizuka lit an incense stick, fit into her kimono, and got ready for her daily tasks, a sparrow came through the window and landed free and happy at the top of her shimada.

From that very moment and taking great care not to disturb the little bird, Shizuka broke the rules. Looked up front, and decided not to bow to anyone ever again.